lunes, 4 de marzo de 2013

La montaña Emei y el Gran Buda de Leshan





Ubicación del monte Emei en China




El pico Wanfo en el monte Emei visto desde el Este

El punto culminante –el pico Wanfo-, que domina a 3 099 m de altitud, es mucho más elevado que las cinco célebres montañas sagradas de China (Taishan, en Shandong; Hengshan, en Hunan; Huashan, en Shaanxi; Hengshan, en Henan) La montaña Emei agrupa numerosas crestas escarpadas, abruptos acantilados, desfiladeros profundos, hermosas cascadas e impetuosos torrentes. Dotada de clima cálido y húmedo, está constantemente velada por brumas y las precipitaciones son muy abundantes, En primavera y verano se ve por todas partes una lujuriante vegetación y laderas llenas de flores que se abren.




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Hace más de 1 600 años, un bonzo de la India, escaló la más alta cumbre de la montaña Emei. Sorprendido ante la belleza e imponencia de sus paisajes, dijo que esta montaña era “la primera de China". Lo es, en verdad. Se eleva, como un inmensa pantalla verde esmeralda, al sudoeste de la llanura de Chengdu. Su contorno, que se dibuja en el horizonte, evoca el rostro y las finas cejas de una doncella. De ahí le viene el nombre de Emei. Comprende cuatro cimas contiguas: Da’e, Er’e, San’e y Si’e, y unidas a la montaña Qionglai, una de las cadenas del Kunlun, se extiende sobre 200 km. La montaña Da’e, que comprende en sí misma muchos picos exóticos y sitios magníficos, es la más visitada.



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Letrados de diferentes épocas dejaron buen número de poemas e inscripciones, que tienen por tema los bellos paisajes de esta montaña. Un poeta de la dinastía Ming (1368-1644) escribió: “La montaña Emei se eleva sobre un inmenso mar de nubes; los pájaros vuelan entre las crestas, haciendo mil virajes y las cimas perforan las nubes evocando receptáculos de verdes lotos". Sintetizó así las características de su majestuosidad, su belleza y su quietud.




El halo por encima de la “Cumbre Dorada" es una de las diez maravillas de la montaña Emei. La cumbre se encuentra a menudo cubierta por niebla. Cuando las condiciones meteorológicas son favorables, a veces se puede observar la luz de buda, un fenómeno de refracción que se produce sobre las nubes. Antiguamente, numerosos peregrinos se lanzaban al vacío ante la visión de este fenómeno, creyendo que Buda les estaba llamando. Los budistas estimaban que estos resplandores emanaban de la frente de Buda. En realidad, se trata de la refracción de la luz solar. Algunas veces los transeúntes ven, al desplazarse por allí, sus propias siluetas en el anillo luminoso de diversos colores. Este raro fenómeno natural atrae la curiosidad de numerosas gentes. En el pasado este fenómeno meteorológico estaba rodeado de misterio. Por ello, subir a la Cima Dorada y visitar la montaña Emei y ver el halo budista, era considerado motivo de suprema felicidad. La montaña Emei con la Wutai, en Shanxi; las Putuo, en Zhejiang, y Jiugua, en Anhui, son las cuatro célebres montañas budistas de China. Según una leyenda, son los lugares donde cuatro bodhisattvas predicaron su doctrina.




Monasterio Bauguo ( clicar )

Al monte Emei no se puede ir con prisas. Posiblemente esa sea la razón de que estas montañas sean tan poco visitadas por los extranjeros. Aunque hace ya unos años que han asfaltado la carretera que sube hasta las proximidades de Jieyin, desde el pie de la montaña aún se tardan dos horas de autobús. Desde Jieyin se puede tomar un teleférico hasta la Cumbre de Oro, a 3.077 metros de altitud. Esa es la visita reducida a la montaña Emei, pues los más puristas proponen la subida a pie, como los peregrinos, para lo que hay que pensar en dedicar al menos tres días a esta montaña: dos para subir y uno para bajar, pernoctando en los humildes cuartos de los monasterios. El que se decida por este esforzado recorrido debe saber que andará en total unos sesenta kilómetros, con terreno a veces resbaladizo, lluvias abundantes e importantes diferencias de temperatura de la base a la cima. O sea, el que no esté muy en forma, que siga el camino más cómodo.

La ascensión debe comenzar desde el Monasterio Baoguo ( su nombre original era Lingshan, pero en 880 dC. durante la dinasría Tang, se le cambió por el actual ) es el más importante de esta montaña sagrada. Fundado en el siglo VI, en el que destaca una gran estatua del Buda Amitaba hecha de porcelana. 







Templo Wannian ( clicar )

Más adelante encontraremos la Gruta Bailongtong y tras media hora más de marcha al Monasterio Wannian, que fue el primer templo que se construyó en esta montaña. En este templo se encuentra una celebre imagen de broce dorado del bodhissatva Puxian. Con un peso de unas setenta toneladas, fue fundida en el año 960. Diez kilómetros más separan Wanniansi de Huayanting, aunque se puede hacer una pequeña parada en el Xixinsi, ambos con vistas magníficas. Cuatro kilómetros más y se llega al Xixiangchi o Piscina del Baño de los Elefantes. Tras pasar el Dachengsi o Monasterio del Gran Vehículo y el Baiyunsi, de la Nube Blanca, llegareis a Jieyin. Allí se puede tomar el telesilla y cansados como estaréis, lo mejor es que disfrutéis de la vista que el mismo os proporciona. El punto final del mismo está en las cercanías de la Cumbre de Oro.




El Buda Samantabhadra, llamado en idioma chino Puxian, dentro del templo Wannian




La Montaña Emei, conocida en chino como Emeishan, es una de las cuatro montañas de China sagradas para el budismo en la zona tradicional de Han. Situada en la zona antigua del Estado de Shu, en suroeste China. A 150 kilómetros de Chengdu, son unos montes cubiertos de variada vegetación, donde crecen abundantes plantas medicinales y té. Allí viven numerosos animales salvajes, como el panda, el faisán plateado y varias especies de monos. Entre esa naturaleza virgen surgen los numerosos templos y pabellones construidos por los monjes y eremitas que eligieron este lugar, donde el bodhisattva Puxian había pasado, para su retiro.




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En cuanto a la montaña Emei, era la esfera de actividad de Samantabhadra. Al comienzo, coexistían allí el budismo y el taoísmo. Ya en los primeros años de los Han del Este (25-220), los monjes se instalaron en una casa abandonada por un recolector de hierbas medicinales. Bajo las dinastías Jin, Tang, Song, Ming y Qing, se edificaron sucesivamente más de 200 templos o monasterios sobre una área montañosa de 50 km. Los habitaban millares de monjes. Con la declinación del taoísmo, la montaña Emei devino centro exclusivo del budismo. Actualmente, no queda sino una decena de templos, protegidos como monumentos históricos por el Estado, tales como los templos Baoguo, Wannian y Xianfeng, Ademas el Estanque Xixiang y la Cumbre Dorada, etc. Donde los bonzos practican apaciblemente su religión.



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El protector de la montaña es Samantabhadra, llamado en idioma chino Puxian. En este monte se encuentra el primer templo budista construido en China en el siglo I. Aquí se encuentran también diecisiete monasterios (no adscritos al budismo tibetano) construidos durante el periodo de la dinastía Qing. La mayoría de ellos se encuentran cerca de la cima. Estos cenobios muestran un estilo arquitectónico flexible que se adapta a la orografía del terreno. Algunos están construidos sobre terrazas de niveles distintos; otros están construidos sobre altos pilares. Aquí se modificaron los planos de los primitivos monasterios budistas para conseguir aprovechar al máximo el escenario natural.









Cumbre de oro, vista general ( clicar )



El Buda Samantabhadra, llamado en idioma chino Puxian ( clicar )



El Buda Samantabhadra, llamado en idioma chino Puxian


Vistas generales en  las laderas del monte



Decoración en las laderas con clara influencia hindú ( clicar )


Tras su investigación en 1981 sobre la montaña Emei, una delegación del Instituto Internacional de Arboricultura de Gran Bretaña integrada por expertos de diez países: Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón etc. Consideraron unánimemente que esta montaña constituye uno de los más bellos parques nacionales del mundo, un jardín botánico natural raro y el paraíso de los amantes del reino vegetal.





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Puentes de madera en las laderas occidentales de la montaña



Mono macaco en las laderas

La montaña Emei encierra flora y fauna muy variadas y ricas. Más de 5.000 especies de plantas. Sólo la azalea comprende 29 variedades, sin hablar de árboles y arbustos raros como la davidia. En esta montaña viven unas 2 300 especies de animales, tales como: el pequeño panda, el takin y el faisán plateado. Monitos juguetones retozan en el camino, se acercan a turistas y transeúntes y hasta reciben el alimento que éstos les extienden.

< Un mono ¿ tiene naturaleza de Buda o no ? >

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EL GRAN BUDA DE LESHAN




El punto rojo señala la ubicación del Gran Buda al este de la montaña Emei 




Puerta de entrada al recinto



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El gran Buda de Leshan es la estatua esculpida en piedra de Buda más alta del mundo. Está tallada en la Montaña Linheshan, en un acantilado que se encuentra en el punto de las confluencias de los ríos Min Jiang, Dadu y Qingyi, enfrente y al este de la montaña Emei, en la parte sur de la provincia china de Sichuan, cerca de la ciudad de Leshan. Mientras el agua de los ríos corre por los pies de Buda. Fue construida durante la dinastía Tang.




Vista del lateral derecho del Buda

Se dice que, en otros tiempos, las inundaciones eran frecuentes en este lugar y las crecidas amenazaban a los barcos que navegaban estos ríos. El Buda tenía a su cargo hacer más lentas las mareas, proteger los barcos e impedir la inundación de la aldea vecina. Esta hermosa escultura comenzó a tallarse en la montaña en el año 713 y estuvo dirigida por un monje llamado Hai Tong, bonzo del templo Lingyun. Este monje recurría a las fuerzas divinas para domar las tormentas y con el fin de atemorizar al demonio de las aguas, esperaba que Buda calmara las aguas turbulentas que destrozaban a los barcos que navegaban por el río. La estatua fue completada por sus discípulos 90 años más tarde. Parece ser que los restos de roca resultantes de la construcción se fueron depositando en el río lo que alteró la corriente, convirtiéndola en más segura para la navegación.



Vista del lateral izquierdo del Buda

Un dicho local dice: La montaña es Buda y Buda es la montaña. El origen de esta frase está en el hecho de que la montaña en la que se encuentra el gran Buda ( vista desde el río ) tiene una silueta que recuerda a un Buda tumbado.



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La talla, que tiene una altura de 71 metros, representa a un Buda Maitreya sentado contra el acantilado con las manos apoyadas sobre las rodillas y fija la mirada sobre los tres ríos. Los hombros miden 28 metros de ancho, su cabeza es de 14,7 m de altura y de 10 m de diámetro, sus dos orejas, 7 de largo cada una, sus pies, de 11 m de longitud y 5,5 m de ancho, el más pequeño de los dedos del pie es suficientemente ancho como para que se pueda sentar en él una persona. 




Para preservar a Buda de la erosión por las aguas, y protegerlo contra la intemperie, se construyó todo un sistema de drenaje para impedir la erosión fluvial y un pabellón de 13 pisos en madera. Con el tiempo, el pabellón fue gravemente dañado y acabó por desaparecer completamente, Expuesto a los vientos y a las lluvias desde las dinastías de los Ming y Qing, esta estatua quedó llena de fisuras y huecos. Gracias a una restauración total en 1962, financiada por el Gobierno, este Gran Buda ha recuperado su estado original.

Desde entonces, es objeto de especial protección por parte del Estado. Actualmente, con ayuda de la Comisión de Patrimonios Mundiales de la UNESCO y bajo la dirección de expertos chinos y extranjeros, se está en camino de emprender una nueva restauración sistemática de este Buda de 1 200 años de antigüedad, mundialmente conocido.



Desde las dinastías Tang y Song, la colina Lingyun en la montaña Linheshan, donde se halla esta gigantesca estatua de Buda, 
es muy frecuentada por peregrinos y visitantes. 



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El Gran Buda en Leshan forma parte inseparable de la zona del pintoresco paisaje de Emeishan. Esta obra tiene la misma altura que la Montaña y pisa a uno de los tres tres ríos que atraviesan el lugar. Se trata de un verdadero colosal y a la vez, de la mayor figura tallada en un peñasco. Por todas sus características y magníficas condiciones, el Gran Buda en Leshan, junto con el paisaje panorámico del monte Emei, fueron ambos incluidos en la lista de los patrimonios mundiales de la humanidad en el año 1996.




Buda contemplando el rio Min, al fondo la ciudad de Leshan. ( clicar )




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